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La Demajagua Vive
14/10/2014 | Janisset Rivero


Discurso pronunciado el 12 de octubre de 2014 durante el izamiento de la bandera cubana en el Ayuntamiento de la ciudad de Boston, organizado por el Comité Bandera Cubana, de los desterrados cubanos en esa ciudad y liderados por la activista cubana Regla González.

Decía Vaclav Havel, ex presidente de República Checa, filósofo y gran amigo de los cubanos, que la esperanza no era optimismo. Que muchas veces, sin tener razones prácticas para pensar que un sueño, un empeño una misión de vida se puede lograr, el ser humano es capaz de albergar esperanza, porque la esperanza no está regida por factores objetivos, porque, decía Havel, la esperanza es una orientación del espíritu.

 

Hoy vengo aquí con una esperanza renovada, la esperanza, la convicción de que Cuba será libre.  Son casi 56 años de lucha. Miles han muerto frente a los paredones de fusilamiento, miles en el Estrecho de la Florida tratando de escapar del totalitarismo castrista. Miles los cubanos que han sufrido y sufren prisión política, miles los desaparecidos, casi dos millones de desterrados, náufragos por el mundo, con la casa a las espaldas y los muertos abandonados. Han sido muchos ya los activistas de derechos humanos que han muerto en los últimos años en condiciones desconocidas y bajo el control de la Seguridad del Estado. Pero no hemos dejado de luchar, no hemos dejado de soñar que es posible el futuro en libertad para Cuba.

 

Hoy estamos reunidos aquí y eso se traduce en esperanza, a pesar de todos estos años, nuestra bandera con la estrella solitaria sigue guiando nuestros pasos.

 

El régimen del General Raúl Castro ha invertido e invierte millones en una campaña internacional para que el mundo libre crea que su régimen ha iniciado reformas. El pueblo dentro de Cuba sabe que es una mentira, lo sabe porque hay más hambre, más insalubridad, menos médicos, menos medicinas, menos transporte, productividad casi nula, porque la represión ha crecido en los últimos años y los asesinatos recientes lo corroboran: Orlando Zapata, Wilmar Villar, Héctor Riverón, Juan José Soto, Sergio Díaz Larrastegui, Daisy Talavera Ortiz, Laura Pollán Toledo, Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero Escalante, son algunos de los nombres de activistas muertos en condiciones no aclararas por el régimen de la Isla, en hospitales, en la prisión o en las carreteras. Y por eso el pueblo ya no se calla. Las calles de Cuba amanecen pobladas de carteles: Abajo los Castro, No al hambre, No a la Represión, Libertad para Cuba. Las fachadas de las casas de los opositores permanecen pintadas con carteles contra la dictadura. Los esbirros vienen y allanan las viviendas, llenan los portales de chapapote, tratan de silenciar ese grito cada vez más fuerte, pero no pueden. Los vecinos defienden a los activistas y se niegan a cooperar con la represión, los carteles que la Seguridad del Estado borra aquí, aparecen allá. Nada de esto, o muy poco, aparece reflejado en la prensa internacional. Los que están destinados en Cuba, los medios internacionales en La Habana han cedido al chantaje de la dictadura y no reportan estos hechos y si se atreven a hacerlo los expulsan. Pero las Damas de Blanco siguen caminando, cada día con más número, las calles de Cuba. Y los miembros del Frente Nacional de Resistencia Cívica impiden los injustos desalojos de familias, y se plantan frente a las sedes de Seguridad del Estado cuando a cualquiera de los activistas lo detienen arbitrariamente, y los miembros de la Alianza Democrática Oriental realizan reportajes en plena calle donde la gente del pueblo denuncia sus problemas ante una cámara de video amateur. Y hay recogidas de firmas, y proyectos ciudadanos, como el Proyecto Varela, y protestas callejeras como las de UNPACU. Cuba entera arde hoy con Resistencia, aunque las cámaras internacionales no tengan el coraje de filmarlo, los opositores y el pueblo lo hacen. Los blogueros entregan en las redes sociales las visiones de un país desmembrado, azotado por la escasez, el alcoholismo, la prostitución. Los artistas independientes como los de Omni Zona Franca ayudan a sus comunidades de formas creativas e independientes. Una nueva Cuba se abre paso entre la corrupción, la represión y la intolerancia.

Mientras todo esto ocurre en la Isla, el castrismo se maquilla para presentarse en foros internacionales, se maquilla de reformista, se presenta ante empresarios para buscar inversiones y hace cabildeo para que Estados Unidos le levante las sanciones económicas, el embargo comercial. ¿Y qué es lo que concretamente ha hecho el régimen castrista para que se le abran créditos internacionales, y se propicie la inversión norteamericana? No respeta los derechos humanos, no ha liberado a todos los presos políticos, las organizaciones opositoras son consideradas ilegales, no hay espacio en los medios de comunicación para los mensajes de la Resistencia

¿Cuáles son los cambios concretos en un país que ni siquiera tiene ley de inversión y donde son decenas los extranjeros presos, y chantajeados o asesinados por ese régimen cuando ya no les convienen como socios económicos?

No nos llamemos a engaño, no caigamos en la trampa en la que algunos inocentes han caído, y otros con intereses espurios quieren que caigamos. En Cuba la situación económica es precaria porque el régimen totalitario bloquea a los campesinos y les impide cosechar la tierra y vender su producto libremente. En la Cuba republicana la producción agrícola del país era suficiente para alimentar bien a los cubanos sin necesidad de importación de alimentos. La dictadura de Cuba tiene más de noventa países con los que comercia, ha potenciado la inversión canadiense, latinoamericana y europea desde los años ochenta y nada de eso ha resultado en beneficio del pueblo, más bien ha ayudado a arreciar la represión, a convertir a los militares en una clase económica poderosa que posee grandes mansiones y bienes mientras el pueblo sigue en la miseria.

 

Es una inmoralidad promover la inversión en Cuba, el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos a Cuba, porque con ello estaríamos condenando a esa Resistencia interna al mismo ostracismo al que han sido sometidos los activistas de la China actual donde un régimen represivo y totalitario ahora además es millonario, promotor de un capitalismo de Estado que ha enriquecido a los criminales de la Plaza de Tiananmen.

 

Estamos en una encrucijada. Una vez más la respuesta es la solidaridad con los que luchan dentro de Cuba de manera cívica por el cambio total hacia la democracia. Los que promueven las inversiones en Cuba sin que el régimen criminal de los Castro salga completamente del poder, apoyan en realidad la sucesión castrista, el cambio fraude, el inmovilismo y obstaculizan con ello el proceso natural que va ocurriendo en la sociedad cubana, un proceso de despertar de la conciencia ciudadana que es el que va a lograr el cambio real que quieren los cubanos honrados.

 

Aunque desde el destierro a veces nos sintamos frustrados, desesperanzados, cansados, miremos hacia Cuba. Nuestros hermanos se levantan frente a la represión, las amenazas de muerte, las golpizas, el hambre, la escasez y cada día levantan sus voces y van ganando palmo a palmo los espacios de libertad que lograrán al fin el gran sueño. Bajo el lema: las calles son del pueblo, cada día avanzan con pasos certeros desafiando al régimen y ganando los espacios en el terreno público, en las calles.

 

No escuchemos las campañas de desesperanza promovidas por el régimen. Miremos hacia Cuba. Sintámonos orgullosos de nuestro pueblo, un pueblo que a pesar del sistema más largo y represivo del hemisferio no ha dejado ni un solo día de luchar y de sufrir. Porque el sufrimiento prepara, purifica y redime como nos enseñó el Cristo del Calvario.

 

Cuba nos une en extranjero suelo, y nos une en la solidaridad y la esperanza. Miremos hacia ella, nuestra patria querida, lejana, sufrida. Miremos a la Cuba profunda para que nos demos cuenta que es sólo dentro de ella que se puede lograr la verdadera transformación que anhelamos. Nuestros hermanos necesitan de nuestra solidaridad.

 

No concesiones a la dictadura, y solidaridad con la Resistencia interna, ésa es la fórmula triunfante. Hoy más que nunca La Demajagua vive. El grito de independencia lanzado en 1868 por Carlos Manuel de Céspedes hoy retumba en Cuba. La Demajagua vive, hasta que logremos ser libres y verdaderamente soberanos.


Que el sueño no muera, que la esperanza y el amor sean nuestra divisa, que la libertad definitiva de Cuba sea nuestro destino.

 

¡VIVA LA RESISTENCIA CUBANA! ¡VIVA CUBA LIBRE!

 

 

 

 

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About the author


Janniset Rivero Janisset Rivero
Janisset Rivero is a founding Directorio member. Janisset has worked extensively in engaging directly with opposition groups in Cuba, relaying their messages to the international community and coordinating humanitarian support for them. She is co-author of "Steps to Freedom," a Directorio annual report that documents the opposition movement's actions of protest against the totalitarian regime.

 

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