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PRESO POLITICO CUBANO QUE SE COSIO LA BOCA REANUDARA PROTESTA
06/08/2008 | Directorio Democrático Cubano


Declaraciones del prisionero de conciencia Juan Carlos Herrera Acosta desde la Prisión Provincial de Holguín

(Al final del parte se adjunta la declaración de Herrera Acosta)

 

Miami, 6 de agosto de 2008. Directorio Democrático Cubano. El prisionero político cubano Juan Carlos Herrera Acosta afirmó desde la Prisión de Holguín que fue obligado a dejar la huelga de hambre que sostuvo durante doce días, el jueves 31 de julio, cuando militares y  autoridades carcelarias lo sometieron por la fuerza y le zafaron las coseduras de su boca que éste se había hecho en señal de protesta. En las primeras declaraciones que brinda después de la huelga, Herrera Acosta afirma que reanudará la huelga de hambre “cueste lo que cueste” y pide una campaña internacional por la libertad de los presos políticos cubanos.

 

Doy a conocer ante el mundo que no cejaré en mis empeños de continuar reclamando todos mis derechos pisoteados y acudiré al mismo método sea cual sea el desenlace final. Si pierdo la vida será responsabilidad del régimen cubano y su sangrienta policía política represiva. No observaré con paciencia ni cobardía cómo los eternos torturadores pretenden rendirme mediante la coacción y el chantaje. Mantengo y mantendré mi consigna en alto y con firmeza de pie frente al terror. Muchos fueron los métodos sicológicos explotados  por los militares con tal de que desistiera de mi postura y a la postre resultaron en vano”, afirmó Herrera Acosta.

 

La declaración fue recibida a través de una llamada telefónica desde la Prisión Provincial de Holguín al activista Juan Carlos González Leiva del Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba. En la misma Herrera Acosta relató la violenta intervención de las autoridades en la protesta al igual que el apoyo incondicional de los también prisioneros políticos Alfredo Rodolfo Domínguez Batista, Orlando Zapata Tamayo y Luis Mariano Delís Utria que lo acompañaron en la huelga desde el 19 de julio.

 

La firmeza del prisionero político y la precariedad de su situación de salud atrajeron el apoyo de activistas de diversas regiones de Cuba, así como de organismos internacionales veladores de los derechos humanos y de los derechos de libertad de expresión que durante la pasada semana se manifestaron.

 

“Estamos aquí para apoyar a nuestro hermano Juan Carlos Herrera Acosta y a los otros tres hermanos que se han unido en una huelga de hambre en demanda de sus derechos. A los que estamos aquí no nos importa que nos repriman que nos den palos, lo que nos importa es la situación de nuestros hermanos en huelga especialmente Juan Carlos Herrera Acosta”, afirmó el ex prisionero político Jorge Luis García Pérez “Antúnez” quien participó en un plante de 22 activistas frente a la prisión el mismo 31 de julio para exigir una clara respuesta a los reclamos de Herrera Acosta, y que fueron reprimidos violentamente. El viernes 1 de agosto otro grupo de activistas del Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia retomó el plante frente a la prisión, sin lograr conocer la situación de los huelguistas.

El Comité para la Protección de Periodistas con sede en Nueva York lanzó el 30 de julio una acción de alerta internacional en la que su coordinador para el programa de las Américas, Carlos Lauría afirmó que: “Las autoridades cubanas deben liberar de inmediato a Herrera Acosta y a los otros 21 periodistas quienes nunca debieron haber sido encarcelados en primer lugar”.

Por su parte, la organización Reporteros Sin Fronteras señaló el 1 de agosto su preocupación por el periodista independiente injustamente encarcelado: “El actual estado de salud de Juan Carlos Herrera Acosta justifica plenamente la suspensión de la condena, por razones humanitarias. Es imperativo que el periodista pueda acceder a un tratamiento médico lo antes posible. Pedimos a las autoridades cubanas que den muestras de comprensión con este preso, que se encuentra en peligro de muerte. Recordamos que en la isla hay veintidós periodistas encarcelados, veinte de los cuales fueron detenidos en la “primavera negra” de 2003.”

A continuación se reproduce, casi en su totalidad, la declaración de Juan Carlos Herrera Acosta desde la Prisión Provincial de Holguín el 5 de agosto de 2008:

 

“Desde los días 18 de julio hasta el 31 sostuve una huelga de hambre durante doce días con la boca cosida como método de protesta frente a todas las flagrantes violaciones de derechos humanos que sufro y sufrimos todos los prisioneros políticos y de conciencia,  de las que no han escapado los reos comunes, pero mucho más acentuada como método de venganza política contra los que mantenemos una postura vertical y contestataria.

 

En medio de todo este tormento no me faltó el apoyo de los valerosos hermanos de causa Orlando Zapata Tamayo, quien resultó golpeado por un recluso común y le arrojaron un cubo de agua ordenado por el Departamento de la Seguridad del Estado y la dirección de la prisión provincial de Holguín. Sobradas muestras de hermandad mostró el inclaudicable hermano. Igual actitud asumieron Luis Mariano Delis Utria quien no se amilanó a pesar de todas las amenazas lanzadas contra él y no puedo dejar de reconocer la actitud filantrópica de mi hermano de causa Alfredo Domínguez Batista a quien la dirección del establecimiento penitenciario lo trajo frente a mi para que me conminara a abandonar la huelga y la actitud. Según ellos los militares por mi precario estado de salud a lo que Domínguez Batista repostó expresando que la razón me asiste.

 

Doy a conocer ante el mundo que no cejaré en mis empeños de continuar reclamando todos mis derechos pisoteados y acudiré al mismo método sea cual sea el desenlace final. Si pierdo la vida será responsabilidad del régimen cubano y su sangrienta policía política represiva. No observaré con paciencia ni cobardía cómo los eternos torturadores pretenden rendirme mediante la coacción y el chantaje. Mantengo y mantendré mi consigna en alto y con firmeza de pie frente al terror. Muchos fueron los métodos sicológicos explotados  por los militares con tal de que desistiera de mi postura y a la postre resultaron en vano. Utilizaron todo el tiempo el personal médico, plegado  a los designios militares lejos de su verdadera naturaleza humana y sólo sirvieron de marionetas bajo las órdenes de la demoledora maquinaria torturadora castrista. El pasado 31 de julio frente a mi férrea postura inclaudicable acudieron al uso de la fuerza bruta, cumpliendo órdenes de la alta dirigencia del país.  Me torcieron los brazos, el cuello y las piernas para retirarme los puntos de la boca, ya que por mi parte nunca lo haría. Sería traicionar mi propia conciencia. Todo el tiempo el operativo fue dirigido desde La Habana y acá en la prisión holguinera por el DSE y el director de la prisión, mayor Orleidys Miraldea Ávila y todo el consejo de dirección. Unos quince militares se abalanzaron contra mí, a pesar del precario estado en que me encontraba. Expresó el mayor director del centro carcelario que el mundo pretendía convertirme en héroe y yo en mártir, y que no van a ceder a mis pedidos o sea, que claramente continuará la política de violaciones y chantajes, la cual no acepto, ni aceptaré.

 

Hago un llamado al mundo democrático, a todos los políticos e intelectuales, premios Nobel, organizaciones defensoras de derechos humanos dentro y fuera de Cuba para iniciar una campaña contra el régimen cubano para que cese el injusto encierro y la tortura física o sicológica. Expreso que volveré a asumir la misma postura cueste lo que cueste. Los hombres con honor y dignidad no se rinden, aún frente a todo este poderío militar inmisericorde que pretende rendirme. Soy fiel seguidor del ideario martiano, de ideas pacificas preconizadas por Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Andrei Sajarov entre otros, pero llevo en mis venas el valor inculcado por Maceo, Agramante, Céspedes y todos los que ofrendaron sus vidas en aras de la libertad de Cuba. No izaré banderas a la derrota y al deshonor. No bajaré la servís. Hoy intentan silenciarme y no lo lograrán. Mis artículos, crónicas y denuncias continuarán recorriendo el mundo. La verdad no quedará sepultada mientras tenga aliento de vida. Los horrores cometidos dentro de las ergástulas de Castro los denunciaré.  Aún continúo, como otros hermanos de causa, bajo un encarcelamiento injusto, en condiciones infrahumanas, desterrado a cientos de kilómetros de mi provincia de origen. Privado del elemental derecho de enviar y recibir correspondencia porque es decomisada, con un sistema de visitas familiares y conyugales inhumano.  Hoy pronto volveré a asumir la misma postura y expreso que nada ni nadie me callará. Como dato agregado doy a conocer ante la opinión pública nacional e internacional, todos los mecanismos sucios y maquiavélicos que utilizó el régimen para intentar enmascarar su actuar violador y gansteril. La prisión Provincial de Holguín estuvo sitiada por militares todo el tiempo. Reforzaron todo el cordón perimetral. Disfrazaron a los agentes de la Seguridad del Estado y militares, hombres y mujeres, simulando que eran civiles. Varios reclusos fueron trasladados desde mi destacamento hacia otras prisiones como política de terror. Suspendieron por varios días el uso del teléfono entre otras artimañas características del régimen totalitario.

 

Reitero que acudo a todos los Jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea y a los mandatarios de nuestra área democrática y que tomen parte en el asunto. El régimen cubano continúa violando flagrantemente los derechos básicos de sus ciudadanos y en especial de esos hombres prisioneros de conciencia confinados dentro de los peores centros reclusorios del área y del mundo, así como los de la sociedad civil que intenta emerger bajo una espada de Damocles.

 

Es hora de condenar a la actual y casi eterna dictadura cubana con sus tratos neo genocidas y fascistoides que atentan contra los cánones civilistas preconizados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el máximo órgano gestor, la Organización de Naciones Unidas. Hago un llamado a todos mis hermanos de causa por los prisioneros políticos encarcelados en condiciones tan deplorables, para que inicien una campaña de protesta por las vías y métodos que consideren mejor, para exigir nuestra liberación y sean reconocidas nuestras personas jurídicas y nuestros derechos. Es un llamado como cubano que todos los prisioneros políticos debemos  fundirnos en un mismo clamor y espíritu.

 

Reconozco que mi estado de salud está muy quebrantado, pero continuaré firme y sé que la muerte me puede sorprender, pero es necesario asumir una postura digna frente a tantas y flagrantes violaciones.

 

[…]

 

La alta dirección de prisiones junto al Departamento de la Seguridad del Estado apoyado por el gobierno han decidido, abierta y descaradamente, quitarse la máscara  de embustes y mentiras y han expresado que mi correspondencia es censurada porque contiene contenido, según alegan, subversivo y que deben protegerse. El propio profanado Código Penal cubano consigna que quien viole y revele el contenido de una misiva recibirá penas de cárcel. Esta afirmación acerca de mis cartas y su desaparición la confirmaron todos los directivos de la prisión Provincial de Holguín, y es obvio que justificaron tan magna violación con el pretexto de que la revolución tiene que protegerse. Denuncio ante el mundo este actuar gansteril y violador que me aisla mucho más de mis familiares y mis amistades como denuncié en meses pasados cuando me decomisaron una carta cuyo contenido única y exclusivamente era una fotocopia de una foto de mi difunta hija y su destinataria era la hermana de Luis Enrique y José Daniel Ferrer García, Ana Belkis. La misiva nunca llegó a sus manos. Este es el modus operandis de la tiranía de La Habana. Reitero que continuaré protestando ante el mundo con el método que sea necesario en reclamo de este elemental derecho y volveré asumir la misma postura, o sea, me volveré a coser la boca”.

 

 

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