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Cuba: Mito y Realidad
» Derechos Humanos
ENTREVISTA A JORGE OLIVERA CASTILLO Periodista independiente de Habana Press, excarcelado el 6 de diciembre, 2004.Realizada por el Directorio Democrático Cubano y entregada a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA ¿Qué día fue Ud. detenido y en qué condiciones? Bueno, yo fui detenido sobre las 2:30 de la tarde del día 18 de marzo del 2003. Las condiciones eran las siguientes, yo me encontraba durmiendo en casa de mi esposa y llegaron unos 8 ó 9 oficiales de la Seguridad del Estado, se identificaron y dijeron que iban a proceder con una orden de registro. Registraron toda la casa, se llevaron muchos papeles y libros, novelas, libros de literatura política, etc., una bibliografía bastante amplia que yo tenía allí. Posteriormente me conminaron a abordar un auto Lada con chapa particular. Me confiscaron dos máquinas de escribir viejas, una cámara de video y lo demás fueron muchos libros y papeles, trabajos escritos por mí, revistas donde aparecían trabajos míos, y esta fue la primera parte que conllevó a este proceso de 21 meses y que salí con esta licencia extra penal. Hay dos cosas envueltas en este registro: la casa de mi esposa y la otra casa, las dos fueron registradas de igual manera, salimos de mi casa a donde fui llevado y llegué a Villa Marista sobre las 10:30 de la noche. En Villa Marista estuve por espacio de 36 días. Estuve en una celda tapiada con delincuentes comunes, que estaban bajo investigación al igual que nosotros, pero ellos eran investigados por drogas. ¿Cuántos días estuvo Ud. sometido a interrogatorio? Yo estuve 36 días en condiciones realmente depauperantes. Estuve en una celda extremadamente pequeña, tanto es así que de los cuatro que estábamos, los tres que estaban por drogas y yo, estábamos en un área extremadamente reducida, apenas podíamos sostenernos de pie a la misma vez, o sea por el pequeño espacio que existía. Esta celda está alumbrada las 24 horas del día con una bombilla de luz fría; no hay apenas ventilación, es una celda tapiada, el baño es un orificio en el suelo, dentro de ese pequeño espacio, es decir una cosa torturante. Además del calor y las personas potencialmente peligrosas. Esto fue una odisea, algo altamente degradante desde todos los puntos de vista y una tortura psicológica, que actualmente no encuentro calificativos para describir. ¿Durante este tiempo Ud. estaba en comunicación con su familia? Bueno, me daban semanalmente entre 10 y 11 minutos para ver a mi familia, y solamente permitían a dos familiares, en este caso mi hijo y mi esposa, estando con un oficial al lado escuchando toda la conversación, que él interrumpía cuando creía que se salía del tema familiar, en estas condiciones transcurrieron los 36 días. ¿En qué momento supo Ud. que iba a ser procesado junto a otros activistas y periodistas? Bueno, eso fue aproximadamente 8 o 10 días antes de aproximarse el juicio. A mí me llevaron para petición fiscal, me sacaron de la celda, me llevaron a un departamento de los tantos que existen en esta edificación, y me entregaron un papel donde estaba señalada la petición fiscal con una pena de 15 años de privación de libertad. Allí conocí los años que me pedía la fiscalía. En las pequeñas visitas, mi esposa ya me había manifestado de 5 ó 6 personas más implicadas. Lo que podía decirme, porque enseguida el oficial cortaba la conversación, pero en ningún momento pensaba que habían 75 personas implicadas en este caso, no lo conocía. Lo conocí posteriormente después cuando se efectuó el juicio, que después que terminó el juicio nos dieron 5 ó 10 minutos con mi familia, y entonces me explicó mi esposa que eran 75 personas implicadas en este caso. ¿Cuáles son las razones de acuerdo a Ud. por las que fue detenido y procesado? Yo pienso que la principal razón es por haber realizado una labor disidente, en este caso yo soy periodista independiente y escribía noticias, y artículos para diferentes partes del mundo. También yo era uno de los periodistas más viejos de los que existían aquí, más viejo en el sentido del ejercicio de la profesión. Yo comencé en el año 95 a ejercer el periodismo, pero como disidente comencé en el año de 1993. Deber ser por mi trabajo, era una persona que llevaba tiempo en esto, y se manejaron cosas en el juicio que no distaron de ser veraces, pero bueno eran parte de las acusaciones inventadas alrededor de todo esto, y que nos anunciaron como contrarrevolucionarios y que trabajábamos al servicio de una potencia extranjera, nada más lejano de la verdad. Simplemente ejercíamos el criterio con plena libertad, como debe ocurrir en cualquier parte del mundo, y simplemente por eso fue que fuimos juzgados a condenas tan desmesuradas. ¿Cómo Ud. podría describir las condiciones del juicio? Desde el punto de vista judicial, fue una parodia, una tragicomedia, algo que estaba preconcebido desde antemano. Yo pude ver a mi abogado entre 10 y 15 minutos antes del juicio, o sea no hubo ninguna garantía procesal, como se explicó posteriormente por los medios de información, fuimos nosotros vestidos de presos al juicio, algo que da la medida de que eso estaba ya ajustado, todo elaborado a través de un plan, y que la defensa estaba ya anulada. Por lo menos en mi caso yo sabía que iba a ser condenado, no tuve reparos en expresarme y desmentir todo lo que el fiscal me incriminaba con todos los epítetos, y todas las acusaciones que formulaba. Yo le rebatí que todas estas cosas eran falsas, y también hice alusión al artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y por estas cosas sabía, como le explicaba, que iba a ser sancionado. Cuando bajó la petición fiscal, unos días después, estando en Guantánamo (estaba a 910 kilómetros de mi lugar de residencia), mi esposa me comunicó que en vez de 15 que era la petición me lo habían elevado a 18, que eso fue lo que finalmente dictaminó el tribunal supremo. ¿Después del juicio, cuándo y adónde fue Ud. trasladado? Después del juicio fui retornado a Villa Marista, y a los pocos días nos montaron a una guagua de turismo, varias personas, para ser distribuidos a varias prisiones fuera de La Habana, y nos fueron distribuyendo a través de todas las prisiones, yo fui el último en la Prisión de Guantánamo, la prisión más oriental de las que existen en Cuba. Allí pude ver a mis colegas. Nos llevaron para destacamentos con presos comunes donde estuvimos 17 días y posteriormente fuimos recluidos en celdas de aislamiento solitario, donde estuvimos por espacio de 9 meses, en mi caso. ¿Podría describir las condiciones de su celda y la prisión a donde fue llevado? La primera imagen que tengo, que no se borra de mi mente, lo primero que vi cuando llegué al Combinado Provincial de Guantánamo fue un preso amarrado a una reja y dos guardias propinándole una paliza, esa fue la primera imagen que me impresionó, yo me dije ¿adónde he llegado? En las prisiones cubanas hay un nivel de violencia exacerbado, producto de la condiciones que determinan esta conducta. Por ejemplo el hambre, la violencia de los guardias, la enajnación del preso, las condiciones que no son las idóneas de convivencia, en fin todos estos factores que enajenan al preso, por eso la línea directriz de la conducta es la violencia, y sobretodo las auto agresiones, que son intentos de suicidios. Esto se ve mucho en las prisiones, primero en el Combinado Provincial de Guantánamo y luego en la Prisión de Agüica en el municipio de Colón, provincia de Mantanzas. Esto fue una experiencia traumática, todavía yo recuerdo estas cosas y me parece que he tenido una pesadilla. Son cosas que lamentablemente siguen ocurriendo, y yo le digo, esos es fácil contarlo aquí, pero vivirlo es algo alarmante y traumatizante. ¿Permaneció Ud. en el mismo lugar hasta su excarcelación? No,no, yo estuve, como le explicaba en la Prisión Provincial de Guantánamo, después me ingresaron en la Sala de Penados del Hospital Provincial, donde estuve por espacio de 5 meses y tantos, y después fui trasladado a la enfermería central de la Prisión de Agüica, o sea a 140 kilómetros de La Habana, más cerca. Hasta que me trasladaron al Combinado del Este y me dieron la extra penal. Yo tengo una enfermedad que adquirí desde el 2002, o sea unos meses antes de haberme apresado y condenado. Yo tengo una enfermedad crónica en colon, imagínese viviendo en una celda bajo condiciones de comida putrefacta, el agua contaminada, el agua fangosa, con mosquitos, cucarachas, roedores, en fin, imagínese los dolores y las crisis, y sin asistencia médica adecuada hasta que me ingresaron, o sea los casi 9 meses que estuve en celda fue de un sufrimiento indecible. ¿Durante su estancia en la prisión podría describir la atención médica y religiosa y las visitas familiares? En el caso de asistencia religiosa yo la tuve en Guantánamo una sola vez, la asistencia religiosa es obstaculizada mucho por las autoridades del penal, los presos comunes ni soñarlo por decirlo de alguna manera. Con nosotros fueron un poquito más indulgentes, solamente, ya le digo una sola vez pude tener contacto con un clérigo. En el caso de las visitas eran cada 3 meses las visitas familiares, y cada 5 meses las conyugales. Yo inclusive hablé con presos, personas que llevan muchos años presos, dicen que hacía años no le implantaban un régimen así a los presos. En el tiempo que estuve preso la atención médica fue pésima, hasta que me ingresaron que allí mejoró la atención médica, en la Sala de Reclusos del Hospital Provincial de Guantánamo. Pero en el tiempo que estuve en celda y con los comunes, fue muy mala la atención, no existen las condiciones idóneas. Además, un médico para 200 y pico de presos, son cosas realmente increíbles, pero que suceden así. ¿Bajo qué condiciones fue Ud. excarcelado si existen algunas? Yo fui excarcelado por una licencia extra penal, se determinó que mis condiciones no son idóneas, son incompatibles con el régimen penitenciario. Así han sido liberados 14 hasta el momento. Mi enfermedad, es una enfermedad psicosomática, o sea no puedo tener stress, no puedo tener tensiones, cada vez que tengo tensiones se exacerban las crisis y me dan unos fuertes dolores abdominales, lo mismo me pueden dar diarreas que constipación o estreñimiento como le dicen. Es una enfermedad crónica que voy a padecer toda mi vida, y eso no se tuvo en cuenta hasta un año después de estar encarcelado. Estuve un año sufriendo con esta enfermedad sin asistencia y se me decía “tienes que poner de tu parte”, y yo le decía a la doctora, cómo voy a poner de mi parte si estoy encerrado y en condiciones anormales y de alimentación, del agua, de mosquitos, cucarachas, no hacían nada, era como si estuviera un animal allí. ¿Podría explicar lo que ha significado para su familia su encarcelamiento? Fue una cosa traumatizante para mi esposa, mi madre no vive aquí en Cuba, mi madre y mis hermanos viven en España, pero imagínese mi madre es una anciana, se enfermó de los nervios. Mi hermana también, mi esposa ha tenido una actitud meritoria, una actitud junto a las demás esposas de los que fueron encarcelados, y sobretodo, tenemos que agradecerle mucho a nuestros familiares que los hemos tenido siempre a nuestro lado dándonos ánimo, denunciando las arbitrariedades que se cometían contra nosotros, y esto ha sido muy importante. Los familiares están contentos todos, pero hemos pasado de una cárcel con rejas a una cárcel sin rejas, pero como quiera que sea estamos mucho mejor que las personas que aún continúan encarceladas. Tenemos ese calor diario de nuestras esposas, el que tiene su madre al lado, o su hermano, y pensando en estas personas que aún quedan en estas condiciones deprimentes. Voy a hablar en primera persona, no espero una liberación masiva de prisioneros, pero por lo menos hay una lista de enfermos, que esta gente podrían ser los candidatos a posibles excarcelaciones venideras, espero que así suceda, por las condiciones que se han dado y las condiciones que estas personas están enfermas, y muchas personas que no estaban enfermas han adquirido otras enfermedades desde que están presos. ¿Qué huella ha dejado en su vida su estancia en la prisión? Bueno, mire, me ha dejado una huella imborrable sobre todo por el trato inhumano en las condiciones deprimentes en que nos vimos obligados a vivir, y sobre todo por las causas espurias que se movieron alrededor de nuestro caso. Y haber sufrido tanto por tantos meses, ver a estos presos auto agrediéndose de una manera alarmante, que yo creo que ni en una película de terror se ve lo que yo pude ver allí. Auto propinándose puñaladas, contándose las venas, cosas estas indecibles, tragándose alambres, muelles, pero cosas que tendríamos que estar hablando por bastante tiempo. Y todo esto ha dejado en mí y en mis familiares una huella que no podré borrar jamás. Si le digo una cosa, no albergo odio en mi corazón, eso sería adquirir otra enfermedad, pero lo que sí no puedo olvidar es lo que he sufrido, lo que he sufrido. Trato de sacarme el odio y lo he logrado, estas personas que contribuyeron a mi sufrimiento, son personas enfermas, son personas que están enfermas del alma, personas que son dignas de lástima, personas que han sido degradadas hasta llegar muy cerca de como funciona el reino animal. Es una huella de 21 meses que me quitaron junto a mi familia, con mi esposa con mis hijos, eso no podré olvidarlo nunca por los años que me queden en este mundo.
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