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ENTREVISTA A MARTA BEATRIZ ROQUE CABELLO
28/02/2005 | Directorio Democrático Cubano


Economista independiente, excarcelada el 23 de julio, 2004. Realizada por el Directorio Democrático Cubano y entregada a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA

¿Qué día fue Ud. detenida y en qué condiciones?

 

Fui detenida en el momento que me encontraba junto con otros 5 miembros de la disidencia haciendo un ayuno en la calle Humboldt, por la libertad del Dr. Oscar Elías Biscet, eran aproximadamente las 5 de la mañana del día 20 de marzo de 2003.

¿La Seguridad del Estado realizó un registro en su casa, podría describirlo?

La Seguridad del Estado violó todo lo establecido en mi casa, pues yo vivo sola y cuando llegaron conmigo no había llave para abrir la puerta, trajeron un cerrajero que no pudo abrirla y me llevaron para Villa Marista. Según el oficial que venía enfrente de la gran comitiva, más de 25 personas, para esperar resolver el problema de la llave.

Mi barrio tenía 6 manzanas a la redonda cerradas por patrullas de la policía, la gente pensaba que era una operación de la droga, que en esos días estaba de moda. Ellos engañaron a mi sobrina y le dijeron que me iban a traer para que ella abriera la casa, no obstante rompieron un cristal de la puerta y quitaron uno de la ventana que también rajaron y pusieron nuevamente al revés, lo que implica que por ese cristal se ve para adentro de la casa, al parecer fue intencionalmente. Como mi sobrina no es moradora de mi vivienda, toda esta operación fue en contra de lo establecido en las propias leyes del Gobierno totalitario cubano. Ya en horas de la tarde, me bajaron de la celda a un cuarto de Villa Maristas, donde estaban dos "chivatas" del CDR y mi sobrina con todo lo que había en mi casa, no dejaron ni un solo equipo, ni un solo libro.  Además destruyeron muebles como el sofá que lo viraron al revés, y le metieron un palo par registrarlo por debajo, destruyéndolo completamente. En estas condiciones yo no quise permanecer en esa habitación y dije que habían violado mis derechos, el oficial que  atendió el caso el Coronel Pichardo me discutió que mi sobrina, por ser sobrina mía era moradora de mi vivienda.  Después con el transcurso de los días me dijo que yo tenía razón, pero no pasó nada.

 

¿Cuántos días estuvo Ud. sometida a interrogatorio?

 

Todos los días antes del juicio, ciertamente no me interrogaban, me daban papeles para que escribiera las respuestas a las preguntas que me hacían, les era más fácil, porque no tenían que transcribir. A mi ciertamente no me importaba, pues ponía libremente todo lo que digo por la radio, la televisión, la prensa y cualquier medio difusivo. Es muy fácil de resumir: Soy una luchadora pacífica contra la tiranía que tiene bajo su bota dictatorial y totalitaria al pueblo cubano.

 

¿Durante este tiempo Ud. estaba en comunicación con su familia?

 

Las primeras semanas en Villa Maristas, durante 15 minutos una vez a la semana.  Después en la Prisión Manto Negro comenzaron a alargar los plazos hasta 45 días, que fue la última visita.

 

¿En qué momento supo Ud. que iba a ser procesada junto a otros activistas y periodistas?

 

Por la prensa y por la misma Seguridad del Estado, sólo unos días antes del juicio supe que René Gómez Manzano y Félix Antonio Bonne Carcassés fueron puestos inmediatamente en libertad, yo pensaba que estaban presos.

 

¿Cuáles son las razones de acuerdo a Ud. por las que fue detenida y procesada?

 

Un problema político de medición de fuerzas del gobernante Fidel Castro, con el Gobierno de los Estados Unidos.  Aprovechando la coyuntura de la Guerra de Irak pensaron que el mundo no iba a reaccionar ante tal problema.  Quizás también pensaron en cambiarnos por los 5 espías y por eso escogieron un número múltiplo de 5, tocabamos a 15 por 1.  Como es natural demostrando lo poco que valemos para el Gobierno

 

¿Cómo Ud. podría describir las condiciones del juicio?

 

Cuando yo llegué al tribunal municipal de 10 de Octubre donde se celebró el juicio estaba totalmente tomado por las fuerzas de la seguridad del estado, la policía y las avispas negras.  Al bajarme del auto patrulla que me llevó, éramos 6 en mi juicio, una mujer de las Avispas Negras me sacó del auto de una forma que me dejó marcado el brazo por más de 15 días con un hematoma.  Tenían tremendos deseos de maltratarnos, tuvo que intervenir un oficial de la seguridad del estado y la mujer que me traía de Villa Maristas, para que me soltara. 

Fue allí que pude ver a mi abogada por 3 minutos, por primera vez, al igual que el resto de los presos.  Ella ni siquiera sabía de qué nos estaban acusando, porque no había tenido acceso al expediente.  Le dije que no se preocupara, que yo no iba a declarar ni que me hiciera preguntas, todo eso era una obra de teatro que habían estado ensayando el día anterior hasta altas horas de la madrugada, sólo pedí que dijera, que si había accedido a escribir lo que pensaba no era para ayudar al esclarecimiento de los hechos que para mí estaban muy claros, no había delito, si no porque yo me sentía libre de expresar mi opinión incluso por escrito a la policía política y que dentro de ellos no nombraba al gobernante por su nombre, sino como dictador, tirano y totalitario.

Los agentes de la Seguridad que fueron a declarar, en mi juicio estaba Aleida Godínez, no figuraban en el documento oficial de la fiscalía, mi abogada protestó por esta violación, pero el presidente del tribunal no consideró la protesta y le permitió declarar.

En fin que en ningún momento tomé como serio lo que estaba pasando, porque había una gran pantalla y antes que el testigo llegara ya en la pantalla estaban poniendo las pruebas de las que iba a valerse, que no fueron ningunas.  Mostraban en el medio de la sala mi computadora, la de Adolfo Fernández Saínz, unos radios y una cámara fotográfica, como medios para subvertir el orden del Estado Socialista, pero esos mismos equipos se pueden ver en el mal libro "Los Disidentes".

 

¿Después del juicio, cuándo y adónde fue Ud. trasladada?

 

Volví para Villa Maristas unos diez días y finalmente me llevaron a la cárcel de mujeres de occidente que todos conocen como el Manto Negro.

¿Podría describir las condiciones de su celda y la prisión a donde fue llevada?

 

Mi celda era pequeña, estaba en solitario y no le permitían a  ninguna presa hablar conmigo, estaba en el destacamento de la droga, el desayuno, el almuerzo y la comida, que yo no ingería, eran dentro de la celda.  Al inicio tenía una luz encendida  encima de la cabeza las 24 horas del día y como al mes después de quejarme varias veces mes la quitaron.  Mi estreno fue al sentarme en el camastro que había en la celda, que me pasara una rata por los pies.  El agua no se podía beber, estaba totalmente contaminada, las presas se quejaban constantemente y el mal olor que tenía cuando comenzaba a brotar de la pila era insoportable, la ponían sólo una vez al día.

 

¿Permaneció Ud. en el mismo lugar hasta su excarcelación?

 

No. El 22 de julio del 2003 en horas de la madrugada sufrí un infarto, que el gobierno negó en todo momento y fui trasladada al Hospital Militar Frank País, estuve 72 horas en terapa intensiva y después 15 días en terapia intermedia.

 

¿Durante su estancia en la prisión podría describir la atención médica y religiosa, el contacto con los presos comunes y las visitas familiares?

 

Comenzaré diciendo que las visitas eran humillantes porque desvestían a mi sobrina para registrarla, pusieron una pesa en el área de visita, sólo para pesar mi jaba, que no podía pasar de 30 libras, a más nadie le pesaron lo que le traían, a mí me quitaron unas galletas porque se pasaban de peso. Yo no tenía contacto con los presos comunes, me sacaban a la visita por un pasillo dentro de las oficinas de los oficiales del penal y me llevaba un oficial de la seguridad del estado nombrado Jorge, con grados de capitán y que los disidentes apodan “el nazi”.

Desde que llegué a la prisión solicité mi asistencia religiosa por ser católica practicante, cosa que conoce perfectamente la policía política y nunca pude ver a ningún sacerdote, no me lo permitieron.

La atención médica llegó a ser tan humillante, que precisamente cuando me infarté yo me negaba a que me viera el médico y a tomar los medicamentos.  Un especialista había dicho que tenía una insuficiencia cardíaca y el médico del penal se reunió con mi familia para decirles que eso no era nada.

 

¿Bajo qué condiciones fue Ud. excarcelada si existen algunas?

 

Cuando me entregaron el documento de la licencia extra penal, que es un limbo jurídico no lo quise recibir hasta que pregunté que restricciones tenía, ya yo había dicho que con restricciones no iba a salir de la prisión y el oficial que lo traía de 15 y K (Cárceles y Prisiones del MININT), me dijo que ninguna, entonces lo tomé.

 

¿Cuándo y por qué piensa Ud. que fue excarcelada?

 

Yo fui egresada de la prisión chiquita donde estaba el 23 de julio de 2003, y pienso que el Gobierno prefiere que muera en la calle, ya que las enfermedades que sufro son condenatorias de muerte,  aunque todos debemos morir algún día, con el complejo de deficiencias que tengo, la probabilidad mía es mucho más alta.  En febrero del 2003, tuve una hipoglucemia que me llevó a azúcar cero y tuve pérdida de conciencia.  Ellos se percataron en ese momento de mi gravedad y decidieron que mi familia me visitara semanalmente para que me llevara la alimentación de la casa, pues en el hospital donde me mantuve ingresada hasta que me dieron la licencia extra penal, no habían condiciones para darme la alimentación que yo requería.

 

¿Podría explicar lo que ha significado para su familia su encarcelamiento?

 

Mi familia ha sufrido este mal por segunda vez, y temen mucho por mi vida, pero respetan la decisión que he tomado de mantenerme en la lucha pacífica contra la dictadura hasta su fin, sin abandonar el país.

 

¿Qué huella ha dejado en su vida su estancia en la prisión?

 

Muy profundas.  Mi vida se ha destruido por pasar casi 5 años presa ya en el momento de la madurez intelectual y política.  Estas dos prisiones han dejado huellas en mi salud, en mi físico y en mi carácter.  La prisión es muy dura, pero para las mujeres mucho más. No obstante no es óbice para que siga trabajando y deseando la libertad de mi Patria hasta que tenga el último aliento de vida      

 

               

 

 

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