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Carta abierta del Frente Nacional de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil Orlando Zapata Tamayo al Fiscal General y el Presidente del Tribunal Supremo Popular castrista
30/08/2010 | Frente Nacional de Resistencia Cívica


30 de agosto de 2010


Dr. Remigio Ferro

Presidente del Tribunal Supremo Popular


Dr. Darío Delgado Cura

Fiscal General de la República


Excelencias:


Por medio del presente escrito presentamos formal denuncia contra el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente del Consejo de Estado y de Ministros, como autor del delito instigación a delinquir, previsto y sancionado en el Capítulo II, Artículo 202 del Código Penal vigente.


Por cuanto el mandatario Raúl Castro incitó públicamente, y de hecho se han ejecutado desórdenes públicos por personas oportunamente convocadas y protegidas por la Seguridad del Estado en diferentes regiones del país, los que de forma tumultuaria, ofensiva y agresiva ejecutan mítines de repudio contra opositores pacíficos, opositores que haciendo uso del derecho cívico que los asiste, expresan sus ideas e inconformidades de forma pacífica por el estado de cosas que se vive en Cuba y donde sólo se lucha por cambiar todo lo que debe ser cambiado.


Resulta oportuno señalar que estos mítines se han convertido en desórdenes públicos autorizados y que lejos de ayudar a la solución de los graves problemas que atraviesa el país, incentivan el odio nacional.


Los ya mencionados mítines, violatorios como son de la ley, se han incrementado luego de la intervención de Raúl Castro en el parlamento cubano y cuyas palabras por su notoriedad y publicidad lo acusan como autor del delito antes mencionado.


Citamos las palabras textuales que han sido ampliamente difundidas por todos los medios de comunicaciones del país:


Nadie se llame a engaños” dijo el señor Castro. “La defensa de nuestras sagradas conquistas, de nuestras calles y plazas, seguirá siendo el primer deber de los revolucionarios, a quienes no podemos privar de ese derecho”.


Entonces preguntamos: ¿son revolucionarios o segregacionistas, quienes utilizando la fuerza y abusando del poder, tratan de impedir que un grupo de cubanos, tan cubanos y patriotas como ellos, ejerzan pacíficamente sus derechos inalienables?


¿No fueron estos mismos los métodos que las hordas fascistas utilizaron contra la población judía, método de segregación ampliamente condenado por la comunidad internacional y todo estado de derecho, donde aspiramos que Cuba se inserte nuevamente?


La patria es de todos”, dijo nuestro Martí y todos tenemos por igual los mismos deberes y derechos para con ella. Privar a unos del ejercicio pacífico de ellos y por otra parte organizar, apoyar e incitar al desorden público a otros por simples intereses personales y de poder, utilizando la mentira y el engaño, es una de las mayores afrentas que puede cometerse en nombre de ella.


No resulta ocioso recordar que Raúl Castro fue acusado en la causa 412 de 1953 en el Tribunal de Urgencia de La Habana por el delito de desorden público y acusación, juicio al que no asistió por estar cumpliendo sanción en la Isla de la Juventud.


Señores: decenas de cubanos han sido y son víctimas de este ilícito actuar. No se pueden olvidar las agresiones verbales y físicas de las que fueron víctimas las Damas de Blanco y las Damas de Apoyo. Por sólo citar los casos más recientes, están las agresiones contra la anciana Reina Luisa Tamayo Danger, Rolando y Néstor Rodríguez Lobaina, Roberto González Pelegrín, Francisco Luis Manzanet Ortiz, Enyor Díaz Allen, Michel Rodríguez Ruiz, Enrique Labrador Díaz, Eduardo Pérez Flores y Sara Martha Fonseca Quevedo, algunos de ellos en huelga de hambre y sed en protesta por la arbitraria detención.


Si finalmente estos hombres víctimas de estos “desórdenes públicos” resultaran acusados por delitos que no cometieron y que instigó Raúl Castro y que fielmente ejecutan los oficiales de la Seguridad del Estado, será uno de los mayores disparates y desfachateces que puedan permitir los hombres de leyes cubanos, contrarios como son a la justicia. Estas acusaciones prefabricadas sólo son posibles donde no existen libertad, justicia ni un verdadero estado de derecho.


Como autores por cooperación necesaria deben comparecer como acusados el General de Cuerpo del Ejército Abelardo Colomé Ibarra, Ministro del Interior y el General de Brigada Miguel Calderín Tamayo jefe de la Dirección de Contra Inteligencia, quienes cumpliendo las instrucciones dadas por Raúl Castro ordenan a sus subordinados la organización y ejecución de los ya mencionados desórdenes públicos.


Contamos con las pruebas testificales, audio visuales y documentales necesarias para demostrar el delito, las que serán convenientemente aportadas. Darle curso a esta denuncia es un elemental y vital deber para evitar que se continúen cometiendo los desafueros del poder contra la libertad individual y los derechos ciudadanos.


Con ello se evitaría además un desenlace fatal durante la ejecución de tales desórdenes públicos que podrían incluso cobrar alguna vida humana, dado el carácter violento que va adquiriendo por parte de las turbas organizadas.


Nadie es la patria y nadie debe ponerse por encima de la ley ni pisotearla como se está haciendo hoy en Cuba. Resulta además preocupante que a muchos de estos arbitrarios e ilegales actos convocados por la Seguridad del Estado son llevados niños y jóvenes que junto a los mayores gritan todo tipo de improperios a los opositores pacíficos, sembrándoles en su corazón el odio a esas edades tempranas.


Señores: tienen ustedes todavía la posibilidad de hacer algo digno por la patria. Pongan entonces la virtud por encima de intereses mezquinos, la magnanimidad por encima de las miserias humanas, a Cuba con su pueblo en su corazón, a la familia cubana por encima de los sentimientos y resentimientos. Detengan el crimen que contra personas pacíficas se comete. Detengan el abuso de poder. Detengan la cultura del odio y la violencia que se le inocula al pueblo cubano con estos actos. Exijan respeto a la doncella de la justicia. Tiren el manto negro que la cubre. Entonces estarán ustedes cumpliendo el juramento que hicieron como juristas. De no hacerlo y plegarse a quienes tratarán de impedírselo, mal utilizando el poder o por miedo a perder su cargo, entonces renuncien públicamente a él.


Respetuosamente,


Miembros de la junta directiva del Frente Nacional de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil Orlando Zapata Tamayo:


Raúl Luis Risco Pérez

Jorge Luis García Pérez “Antúnez”

Yris Tamara Pérez Aguilera

Idania Yánez Contreras

Sara Martha Fonseca Quevedo

Pedro Callejas Lescano

Conrado Rodríguez Suárez

Amable Francisco Ramos Pérez

Yoangel Palacios Fernández

Heriberto Liranza Romero

Néstor Rodríguez Lobaina

Virgilio Mantilla Arango

Yordis García Fournier

Adriano Castañeda Meneses

Caridad Caballero Batista

Marta Díaz Rondón

 

 

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