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Abrazo de hermanos: dos encuentros con Payá
15/04/2013 | Janisset Rivero


Pasaron exactamente diez años e innumerables acontecimientos en el camino entre dos abrazos entrañables. Recuerdo aquella mañana de enero del 2003 cuando al despedirme de Oswaldo Payá en el aeropuerto de Miami, después de que éste comentara que algo siniestro preparaba el régimen de Castro contra la oposición y los promotores del Proyecto Varela, le dije: fe en la victoria. La frase la repitió mirándome mientras apresuradamente abordaba el avión que lo llevaría a México antes de su regreso a la Isla.

 

De Oswaldo conocía su fe católica inquebrantable, simiente de su lucha por los derechos humanos en Cuba, conocía su estrategia permeada por las enseñanzas de la no violecia activa que nos regalara Ghandi, conocía además su destreza en promover el proyecto que por vez primera había roto el hielo entre los cubanos de a pie y la oposición civilista movilizando a miles de ciudadanos. Era la segunda ocasión en la que nos veíamos personalmente, y como en la primera su palabra me inspiró confianza. Conmigo, a pesar de aquella apretada agenda en Miami marcada por las amenazas de muerte del régimen castrista contra su persona y el debate suscitado por el proyecto Varela en la comunidad exiliada, fue cariñoso, caballeroso y familiar.

 

Al Directorio y al Movimiento Cristiano Liberación los unen vínculos de colaboración muy antiguos, casi desde los inicios de ambos movimientos. Sólo unos meses antes de la visita de Oswaldo a Miami, el presidente del Directorio Javier de Céspedes y uno de sus vicepresidentes Lorenzo De Toro habían firmado el proyecto Varela en la sala de la casa de Oswaldo, burlando la vigilancia castrista y demostrando así a la comunidad exiliada la necesidad de apoyo directo al movimiento cívico. La visita de Javier de Céspedes fue en julio del 2002, justamente diez años antes de que las fuerzas castristas ultimaran a Oswaldo junto a otro gran cubano y amigo, Harold Cepero.

 

A mediados de marzo de 2013, tarde en la noche fría de Ginebra, abracé a Rosa María Payá Acevedo, la hija de Oswaldo. Había salido de Cuba con la misión de buscar solidaridad para una investigación internacional sobre las muertes de su padre Oswaldo y de su amigo Harold. A sus 24 años de edad, Rosa es una joven excepcional, educada, serena e inteligente. Es duro que la vida la haya puesto en esta circunstancia, pero los años de formación cívica junto a su padre y su madre, Ofelia Acevedo, han sido su gran escuela para enfrentarse a la represión, el odio, la discriminación y el ostracismo al que se enfrentan inexorablemente los hijos de los opositores en Cuba. Ha recorrido parte de Europa y tres importantes ciudades de los Estados Unidos en dos meses de gira. Ha logrado presentar la petición de investigación ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y ha apelado también a la Unión Europea y la Comisión Interamericana de la OEA. Su voz se ha levantado desde el dolor y la pena, como un rayo de esperanza en busca de la verdad y la justicia tan necesarios para ella, su familia y la Cuba de hoy.  

Hoy siento regocijo al pensar en el futuro de nuestra patria. Dios hila el camino con extrañas y maravillosass hebras. Oswaldo Payá y Ofelia Acevedo fueron niños y jóvenes que mantuvieron su fe católica contra la corriente en un país oficialmente ateo, y mientras morían los jóvenes cubanos frente al paredón de fusilamiento gritando ¡Viva Cristo Rey!. Auparon un movimiento cívico de defensa de los derechos humanos y de inspiración cristiana en un país donde se violan los derechos a la libertad de expresión, asociación y asamblea. Junto a otros valientes salieron a la calle y tocaron las puertas de otros cubanos para que despertaran del letargo totalitario y rescataran su dignidad. Forjaron una familia ejemplar, cuyos retoños ahora han sido llamados por difíciles circunstancias a ser responsables y defender la lucha por la que su padre, Oswaldo, supo entregar la vida.

 

Con mujeres como Rosa María Payá, Berta Soler, Yris Pérez Aguilera, Sara Marta Fonseca, Ofelia Acevedo, con mártires como Oswaldo, Harold, Zapata o Laura Pollán, con tantos hombres valientes que han resistido prisión y siguen luchando, como Antúnez, Librado Linares, Angel Moya, José Daniel Ferrer, con los miles de cubanos y cubanas que cada día se unen a la Resistencia interna, Cuba cuenta, Cuba se va haciendo libre y próspera, Cuba se atreve a soñar.

 

Un día no muy lejano nos abrazaremos en Cuba liberada, de eso estoy segura.

 

 

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About the author


Janniset Rivero Janisset Rivero
Janisset Rivero is a founding Directorio member. Janisset has worked extensively in engaging directly with opposition groups in Cuba, relaying their messages to the international community and coordinating humanitarian support for them. She is co-author of "Steps to Freedom," a Directorio annual report that documents the opposition movement's actions of protest against the totalitarian regime.

 

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