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El clamor de julio
24/07/2013 | Orlando Gutiérrez Boronat


Hace ya un año que asesinaron a Oswaldo Payá y a Harold Cepero, hombres de una vocación civilista tan profunda, que iluminaron al pueblo de Cuba. Y hace 19 años, que en el acto criminal más monstruoso en toda la triste historia de Cuba, el régimen castrista hundió un Remolcador lleno de hombres, mujeres y niños matando 19 de ellos, por el mero hecho de querer irse del país. Veo las lágrimas y el dolor en los rostros de Ofelia Acevedo, viuda de Oswaldo, y de Rosa María Payá su hija.

 

Veo el horror aun marcado en los rostros de los familiares de los masacrados el 13 de julio del 1994. Y escucho el clamor de justicia que brota de nuestro pueblo a la comunidad internacional, como instancia superior que pueda interceder ante un régimen despótico y brutal. Estamos equivocados.

 

No vendrá justicia de la comunidad internacional. Hay un problema estructural en el corazón de la misma que le impide actuar con coherencia: el conocimiento y la comprensión sobre los derechos humanos que el mundo ha recuperado y ampliado está muy adelantado al orden anárquico internacional actual de los estados nacionales soberanos. Bajo la ficción del nacionalismo se refugian los Castro, los Assad, los Kim y una docena de tiranos más. Esto será rebasado, costando muchas vidas y sacrificios.

 

Eventualmente el mundo de los estados naciones será reemplazado por una federación supranacional de repúblicas libres. Pero aun no estamos ahí. Entonces tenemos que preguntarnos los cubanos… ¿De donde vendrá la justicia? Inevitable e inexorablemente, por supuesto, de Dios. Pero en este mundo también hay que frenar los crímenes y procurar la libertad.

 

Pidámonos la justicia a nosotros mismos. Exijamos, donde quiera que nos encontremos, una disciplina de no cooperación, de resistencia civil, frente a la pandilla minoritaria de mafiosos que ha secuestrado nuestra soberanía. Hay que sacar del poder a estos rufianes que nos explotan y oprimen. Ya lo hemos hecho antes: contra el colonialismo español, contra Machado, contra Batista. Pero esta vez hay que hacerlo de manera no violenta, con resistencia civil activa, para que así ningún posible libertador tenga los instrumentos con los cuales convertirse en un posible dictador. Nuestras metas tienen que estar muy claras: la asamblea constituyente, las elecciones libres, la reconstrucción jurídica y económica, y justicia para los crímenes que se han cometido de lesa humanidad.

 

Digamos “Yo si quiero el cambio” que una mafia de octogenarios no pueden paralizar a un pueblo. Si hacemos esto les aseguro, Dios nos dará la fuerza para prevalecer. El nos convertirá en el martillo de su ley.

 

 

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About the author


Orlando Gutierrez Boronat Orlando Gutiérrez Boronat
Orlando Gutiérrez-Boronat nació en La Habana en 1965. Tiene un doctorado en estudios internacionales en la Universidad de Miami. Tiene licenciaturas en comunicaciones y ciencias políticas y una maestría en ciencias políticas. Imparte cursos de ciencias políticas en la Universidad Internacional de la Florida y la Universidad Barry. Es cofundador y Secretario Nacional del Directorio Democrático Cubano, una de las organizaciones más destacadas en el trabajo de recabar apoyo internacional y solidaridad para el movimiento democrático en la Isla. Es co-autor de los informes Pasos a la Libertad que publica el Directorio anualmente sobre el crecimiento del movimiento cívico en Cuba. También es autor del libro La República Invisible, una colección de ensayos sobre la identidad nacional cubana, la política del exilio y el movimiento cívico en Cuba.

 

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