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Testimonio de Damaris Moya Portieles sobre el arresto y los abusos contra ella, Idania Yánez Contreras y Yanisbel Valido Pérez
03/11/2011 | Asamblea de la Resistencia


Santa Clara. 3 de noviembre de 2011. Asamblea de la Resistencia Cubana. La Asamblea de la Resistencia Cubana divulga el siguiente testimonio de la defensora de los derechos humanos cubana Damaris Moya Portieles, arrestada arbitrariamente en la ciudad de Santa Clara, Cuba el 31 de octubre de 2011 junta con varios activistas de la Coalición Central Opositora, entre ellos Idania Yánez Contreras y Yanisbel Valido Pérez.

 

“Mi nombre es Damaris Moya Portieles, delegada provincial del Movimiento Feminista por los Derechos Civiles Rosa Parks y co-presidente de la Coalición Central Opositora.

 

Bueno, cerca de las 3:15, 3:20 de la tarde fuimos detenidos en el lobby del Arnaldo Milián Castro un grupo de opositores pacíficos. Ahí fuimos sacados del hospital, arrastrados y golpeados hasta los carros de las Brigadas Especiales, las patrullas que tenia ahí la Seguridad del Estado y bueno, la Policía.

 

Yo fui introducida en una guagüita [autobús] de la Brigada Especial a golpe limpio y no estuve ni cinco minutos dentro de la guagüita donde estaba la hermana Idania [Yánez Contreras], Yanisbel Valido Pérez, René Fernández Quiroga y otros opositores más que en estos momentos no recuerdo. De ahí fui sacada de la guagüita a golpe limpio y fui introducida en una patrulla totalmente cerrada.

 

De ahí fuimos trasladados hasta la instrucción policial más conocida por “UPOC”  y al llegar ahí bajados de los carros, arrastrados, a golpe limpio. Ya yo estando dentro de la unidad y estoy parada frente al cuarto de ocupaciones cuando llega la hermana Idania Yánez Contreras con tres guardias mujeres de la prisión de [mujeres de] Guamajal. Llegan golpeándola a puño cerrado por el abdomen, por la cabeza, por todos lados. Ahí, yo corro hacia donde está la hermana Idania Yánez Contreras, y trato de quitarle aunquesea a una de estas mujeres de arriba, ellas físicamente aguantándole las manos totalmente pacíficamente y diciéndole que por favor no le dieran más. Ahí una de estas mujeres me coge por las manos y me lleva a empujones al frente del cuarto de ocupaciones donde las otras dos traían a Idania por los pelos y a golpe limpio, a piñazo limpio.

 

Ahí yo logro zafarme de esta mujer que me tenía aguantada y voy a donde estaba la hermana Idania Yanes Contreras y Yanisbel Valido Pérez. A Yanisbel la tenían casi ahorcándole porque el color de su cara era rojo, rojo, rojo y a Idania le estaban dando cantidad de piñazos. Ahí me coge una guardia de Guamajal que es una mujer bastante alta y corpulenta y me da un estrellón donde mi cabeza cae arriba de una reja. Me doy un golpe en la cabeza y ahí tengo un gran  chichón bastante grande. De ahí se me empiezan a entumecer las manos y pies, yo sentía como se me inflamaban los pies, se me ponían grandes y me dejan tirada en el piso y van para arriba de Idania  a golpes y piñazos limpios donde la llevan arrastrada hacia adentro de la celda.

 

Después de dejar Idania y Yanisbel Valido, viene a donde estoy yo y me empiezan a dar por los muslos y a decirme que me levantara. Yo no perdí el conocimiento porque podía ver, pero no podía mover mis articulaciones. Tenía todo el cuerpo inmóvil. Yo sentí que la columna me craqueó cuando yo caí y pienso que ha sido toda esta inmovilización que he tenido en el cuerpo.

 

De ahí me dicen: ¡Levántate que tú puedes, tú puedes levantarte! Yo no podía entonces me arrastraron y me sentaron arriba de una silla. Viene un médico y me abre los ojos y me dice que yo no tengo nada. Ahí vuelven con lo mismo: ¡Levántate que tú puedes! Me cogen por el pelo y me tiran al piso con silla y todo. Empiezan, por el pelo, por las trenzas que tengo puestas, a arrastrarme. Yo estaba frente al cuarto de ocupaciones y empiezan a hasta doblar como si fuéramos para la celda. Pero al tenerme una sola por los pelos, las otras dos me daban patadas por los pies, pero esta, le decía: no puedo. Ahí me dejan tirada y me llevan para la celda donde había un hormiguero bravo y me dejaron tirada ahí. Me cogen las otras dos y me bajan totalmente los pantalones dejándome en blúmer. En ningún momento me soltaron el pelo. Me siguen arrastrando hasta dejarme tirada dentro de la celda.

 

Cuando en el momento que yo me caí y me doy el golpe en la cabeza, Idania logra zafarse y empieza a dar gritos: ¡Ay! ¿Qué te hicieron Damaris? Porque ella, al tocarme las manos y las manos desvanecerse ella pensó que me habían matado, que me había pasado algo muy terrible. Entonces a ella la cogen y, como ya les digo, para adentro de la celda.

 

Me tiran como si fuera un saco de papas adentro de la celda y toda la ropa de Idania y mía y de Yanisbel nos la tiran por una ventanita para adentro de la celda. Quiero decirles que todo esto fue orden de Yuniel Monteagudo Reina, para que lo escuche el mundo entero, un sicario de la Seguridad de Estado, un terrorista de la Seguridad, que decía que la Policía se respetaba.

 

Todo fue totalmente pacífico porque ellos filmaron todo y ellos pueden poner que totalmente eramos pacificos, que fue un arresto pacífico y que todos los golpes nos los dieron dentro de la unidad de Instrucción.

 

Al estar dentro de la celda las hermanas Idania Yánez Contreras y Yanisbel Valido P’erez logran restablecerme en la litera esa de cemento donde me acuesto por espacio de unos 20 a 25 minutos. Pude reponerme, el cuerpo comenzó ya a dar señales de rehabilitación y me pude reponer algo ahia.

 

Le veo la cara a Idania y el ojo en cuestión de segundos se le empezó a poner negro y se le empezó a inflamar el ojo. El ojo de Idania está muy malo o tiene que estar al perderse el ojo porque al momento la inflamación de la cara fue muy grande lo que ví. Ahí nos quitamos la blusa y yo ví que Idania tiene un rajón muy grande en la espalda. Yo digo que esto no fue con un arañazo que esto fue con algún objeto que alguien traía que le hizo ese rajón tan grande en la espalda a Idania. Idania estaba sangrando de la espalda.

 

Idania en estos momentos está desparecida. Tiene su cabeza también llena de chichones igual que la tengo yo porque fueron muchos los goples. Todos fueron piñazos contundentes los que le dieron a ella y a mí.  Ellos ya venían directo a darnos estos golpes porque hasta cuando vinieron a sacarnos del hospital, una de las mujeres policías le dijo a la otra: ¡Oye no des que las cámaras están filmando! Por supuesto las cámaras de ellos que estaban filmando y la mujer se quedó así. Bueno pero dentro de la guagua nos dieron esas golpizas y dentro de la unidad.

 

Ahí estuvimos en la celda por espacio de unos 25 minutos y sacan a la hermana Idania Yánez Contreras primero y después a Yanisbel Valido Pérez y en ultimas circumstancias me sacan a mi que era la más mal estaba con mucho mareo y turbulencia y me sacan a mí.

 

Yo no sé para donde llevaron a Idania pero yo fui para la unidad de Encrucijada. Al llegar a la unidad de Encrucijada me hacen el acta de detención y me llevan a una celda donde a unos minutos se personan allí dos policías hombres y una mujer policía. Empiezan a decirme que tienen que requisarme. Yo les digo que no traigo nada, que vengo de otra unidad policial que por qué hay que requisarme. Ahí me cogen por los pies y los brazos, yo estaba acostada en la planta baja y me tiran al piso. Me aguantan las manos y pies y me revisan los bolsillos de los pantalones y me quitan una felpa que yo traía en la cabeza.

 

Quiero decir que después en horas del día del martes ellos traen su desayuno pero yo no acepto nada y a la hora del almuerzo me paro cuando ellos vienen con su almuerzo. Y veo a un policía escupir la comida que me traía. La escupió y había otro con una cámara filmando y me decían: ¡Coge la comida! ¡Te vas a morir de hambre si no comes te vas a morir de hambre! Yo les dije: Bueno aunque ustedes escupan la comida es por gusto porque yo en realidad ni como, ni tomo agua ni hago de nada. Me pueden tener el tiempo aquí que quieran que yo ni voy a comer ni voy a tomar agua. Se ahorraron en escupir en esa comida el haber dárselo a uno de los presos que están aquí. Pudo habérsela comido. Porque con la situación que tiene el país de falta de alimentación y de todo, alguien podía haber comida esa comida y no había necesidad de desecharla así.

 

Y ahí sufrí amenazas: que si esto algún día se caía, que si se intentaba algo contra este país todos íbamos a quedar sepultados. Esto me lo dijo el Jefe de la Unidad, que todos íbamos a quedar sepultados debajo de unas mazmorras. Yo le dije que si era por la libertad de Cuba, no interesaba.

 

Una cosa que quiero resaltar es que cuando estaba en la unidad ví golpear a un hombre solamente por estar ausente al pase, lo traían y esposado le dieron golpes como tres o cuatro policías a ese hombre esposado.

 

Esto era todo. [Y] decir que si Idania Yánez Contreras no aparece- y lo digo por teléfono porque ellos de todas maneras lo van a saber a medida que pase el día- si Idania Yánez Contreras no aparece vamos a hacer a personar ahí en la unidad de seguridad del estado un grupo de hermanos acá y hasta que ella no aparezca no nos vamos a mover del sitio.

 

Mi vivienda está sitiada de la Seguridad del Estado, las Brigadas Especiales y está ahí un sin número de personas que los tienen por si nosotros intentamos salir. Aunque me hayan dado estas golpizas aunque me hayan mandado para matarme para implantarme el terror en mí, no lo van a hacer. ¿Por qué? Porque voy a salir y si Idania Yanes Contreras no aparece, denlo por hecho que vamos a tomar las calles un grupo de hermanos que esta aca en mi vivienda en estos momentos.”

 

 

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