Respuesta de opositores cubanos a los elogios de Monseñor Carlos Manuel de Céspedes García Menocal a Ernesto “Che” Guevara

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Respuesta de opositores cubanos a los elogios de Monseñor Carlos Manuel de Céspedes García Menocal a Ernesto “Che” Guevara
04/08/2008 | Opositores Cubanos

Excelencia:

El día 12 de junio del año en curso apareció en el periódico Granma una reflexión escrita por usted ensalzando los valores éticos y patrióticos del “Che” Guevara. Comienza usted justificando los excesos que podría haber cometido.

Sin duda se refiere usted a los múltiples asesinatos que cometió el “Che” tanto en la Sierra Maestra como en la fortaleza de la Cabaña. Más adelante trata usted de relacionar la presencia del argentino en la guerrilla con la de tantos extranjeros que cooperaron con nuestros movimientos independentistas del siglo XIX. Y va mas allá usted tratando de comparar al “Che” Guevara con el Generalísimo Máximo Gómez

Monseñor, los numerosos extranjeros que en el siglo XIX lucharon junto a nuestros mambises lo hicieron para librarnos del ominoso yugo colonial. El “Che” Guevara en cambio vino a asesinar a muchos cubanos, enlutando a múltiples hogares, dejando en la orfandad a millares de niños y otras tantas madres con los ojos secos de tanto llorar. Vino el “Che” Guevara a imponernos una doctrina esclavista, inhumana y cruel. Proclamó el odio entre la familia cubana, destruyendo literalmente a nuestro país el sistema que ayudó a imponer en nuestra patria.

El primer mandamiento de la ley de Dios dice “Amarás a Dios sobre todas las cosas, y a tu prójimo como a ti mismo.”

Monseñor, el “Che” no amó a Dios y a su prójimo, los odió.

El quinto de los mandamientos dice “No matarás,” y el “Che” segó vidas de cubanos en demasía. O sea, el “Che” fue pecador en grado sumo y sin embargo, usted, uno de los padres de la Iglesia en Cuba confiesa su entrañable simpatía por el Che. O sea, aprueba usted los asesinatos del “Che.”

Y por sus víctimas ¿no siente usted compasión?

Cuando en el mes de julio del ano 2006 Fidel Castro enfermo de gravedad, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba de la cual usted es integrante, emitió un llamado a todos los fieles para que orasen a Dios y a la Caridad del Cobre para la restauración de la salud del enfermo.

Pero ni antes ni después, los obispos han llamado a orar por la salud y la pronta libertad de los inocentes presos políticos que mata el régimen paulatinamente en sus nefastas prisiones. Ni por las Damas de Blanco, esas valientes y abnegadas hermanas que todos los domingos, enfrentándose a las fuerzas represivas del régimen, peregrinan por las calles habaneras clamando por la libertad de sus seres queridos, injustamente encarcelados.

Mons. Carlos Manuel de Céspedes, el pasado mes de febrero, nos visitó el Secretario de Estado del vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, cuya llegada a nuestra patria por esas casualidades de la vida, coincidió con la accesión al poder del sucesor del tirano Fidel Castro, su hermano Raúl, al quien el cardenal estrechó la mano sonriente, pero se negó a darle audiencia a las Damas de Blanco y a otras connotadas figuras seguidoras de la doctrina cristiana. Además declaró que no venía a Cuba a pedir amnistía para los centenares de presos políticos condenados por reclamar la libertad de su pueblo porque pudiera interpretarse como una interferencia, pero seguidamente condenó el embargo impuesto por los Estados Unidos al régimen despótico cubano.

Monseñor ¿qué ha ocurrido para que la Iglesia Católica haya vuelto la espalda al pueblo de Dios y se haya inclinado ante el genio del mal?

Nosotros los abajo firmantes, seguidores de la doctrina cristiana y defensores de los derechos humanos de nuestro pueblo, esperamos que usted nos honre con su respuesta a nuestra carta.

Mientras tanto, lo saludamos y quedamos de usted con el mayor respeto,

Emilio Bringas Évora

Ismael Ortega Cruz

Nelson Ruiz Alonso

Francisco Rangel Manzano

Caridad Burunate Gómez

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