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Digo no a toda propuesta indecorosa
20/08/2008 | Francisco Pastor Chaviano González


La Habana, 5 de julio de 2008.

 

A las 5 a.m. del día 3 de julio me despertó el ruido que produce un tropel de guardias en zafarrancho, me levanté de un salto junto con mi esposa y vimos estupefactos como un gran número de efectivos de la Policía Política que acababan de bajarse de 4 autos y dos motos que se estacionaron frente a nuestro domicilio, vestidos unos de militar y otros de civil, penetraban en nuestro jardín y a toda prisa continuaron por los pasillos laterales en un virtual asalto a la vivienda. A duras penas atiné a reconvenirles: – ¡Qué pasa, cual es el problema ahora! Por respuesta recibí la orden de abrir la puerta; uno de los que venía al frente del operativo, un mastodonte negro y gordo, me mostró su carné del DSE agregando: – Me tienes que acompañar. Acto seguido entraron buscando a ver si había alguien más en la casa y poco después nos marchamos; aquello parecía la captura de Osama Bin Laden, en lugar de la detención de un activista pacífico.

 

A la misma hora tenía lugar un operativo similar en la casa de Carlos Cordero Páez, a quien detuvieron junto a los miembros de la Junta de Coordinadores de la Agenda para la Transición: Alejandro Tour Valladares y José Luís García Pérez (Antúnez), así como la esposa de este último, Iris Pérez Aguilera. En otros operativos fueron detenidos los también coordinadores de la Agenda para la Transición: Julio Cesar López Rodríguez, Emilio Leyva Pérez, José Díaz Silva, Tania de la Torre Montesinos y Néstor Rodríguez Lovaina; y retenidos en su domicilio: Maria Antonia Hidalgo Mir, Roberto de Miranda Hernández, Margarito Broche Espinosa, Ana Margarita Perdigón Brito y Juan Francisco Sigler Amaya; todos ellos de la citada Junta de Coordinadores con el objetivo de impedir que tuviera lugar una reunión concertada para el mismo día  por la Agenda para la Transición. También fueron detenidos otros muchos activistas para que no pudieran participar de la Recepción que tuvo lugar con motivo del día de la independencia de los Estados Unidos en casa del Jefe de la Sección de Intereses de ese país.

 

Los Oficiales de la Policía Política, me llevaron a la Estación de la PNR de Aguilera, en Lawton, al otro lado de la ciudad; donde dos de ellos tuvieron una conversación conmigo para decirme que: mi detención había tenido lugar para impedir la reunión de la Agenda para la Transición, que ya habíamos llegado al tope de nuestra actuación y no permitirían que continuáramos adelante con la misma. También cuestionó el Proyecto de Transición de la Unidad Liberal de la República de Cuba, que sería analizado ese día para tomarlo como base de guía para hacer uno nuevo, EL PROYECTO DE TODOS, herramienta de trabajo de la Agenda, y lo tildó como prohijado del Proyecto para la Transición en Cuba elaborado por Washington, cosa que le refuté como incierta, abundándole en elementos arrolladores. Por último me dijo, que el permiso para viajar a los Estados Unidos para atenderme problemas de salud, estaría condicionado al comportamiento que yo mantuviera.

 

Los hechos ocurridos pueden tomarse como una respuesta impenitente al reciente levantamiento de sanciones a Cuba por parte de la Unión Europea, puesto que, aunque las sanciones estaban en un suspenso vano que ahora fue reemplazado por un mecanismo que es válido por ser activo; expresa cierto claudicar, que el régimen totalitario manipula en su actuar protervo. Aprovechan a su vez el asidero, para arremeter contra algo que les preocupa mucho, la Agenda para la Transición, base sólida nucleada por ex -presos políticos de larga trayectoria, entorno a la cual se comienza a concentrar la verdadera oposición, para juntar las fuerzas pro cambio cual si fuera un parlamento alternativo.

 

En lo personal, hay algo que me indigna profundamente y es que la Policía Política, conociéndome como me conoce, me falte el respeto condicionado mi viaje al exterior por asuntos de salud que no es factible resolver en Cuba, con que yo me pliegue a su conveniencia, “portándome bien”. Es el colmo de lo intolerable, ya una vez me hicieron una propuesta indecorosa parecida en diciembre de 1991, me pusieron como condición que para salir del país con mis hijos, tenía que entregarles el fichero de desaparecidos que por entonces llevaba, un sin sentido cuyo propósito es humillar, y fue esa la razón que me llevó a renunciar definitivamente a todo compromiso familiar de abandonar el país. Así se los hice saber entonces y ellos respondieron con su habitual prepotencia: – nos das el fichero y te marchas del país o tú y tu familia van a vivir un calvario y luego te vamos a echar 15 años de prisión, – y agregaron – nosotros tenemos una mente muy prolifera, se nos ocurren muchas cosas. Lleno de ira les repliqué que no me iba, que los que tenían que irse eran ellos que ya le habían hecho bastante daño a este pueblo.

 

La Policía Política cumplió con sus amenazas, agredió a mis hijos de forma descarnada a tal punto, que varios países les ofrecieron refugio, pero la visa estuvo retenida durante un año, condicionando la partida de los muchachos a que yo me fuera con ellos, mientras nos presionaban de varias maneras. Al fin salieron hacia los Estados Unidos los dos mayores, pero ahí no terminaron las agresiones en su contra, sino que se ejecutaban de forma más sinuosa pero también más dañinas, sobre todo con nuestra hija menor quien terminó teniendo que emigrar en contra de su voluntad.

 

Para mí fue aún peor, con sus provocadores me fueron empujando fuera de mi línea, trataron incluso de involucrarme en componendas bien serias y terminaron encausándome por Revelación de Secretos Concernientes a la Seguridad del Estado, consistente en dar a conocer los planes urdidos contra mi persona que los azares de la vida me permitieron conocer de oficiales del propio Departamento 21 que los ejecutaba y cuya divulgación constituía un derecho de defensa. Me sancionaron a los 15 años que me habían prometido y me los hicieron cumplir íntegramente y algo más, pues según las leyes cubanas debí extinguir 13 años físicos y estuve 3 meses más.

 

En ese infierno de las prisiones cubanas me enfermé, se me deterioraron los pulmones en tal grado, que asustan por lo endeble que están, a lo que se suma el tumor que ahí tengo; también se me dañó el corazón, pues según el Instituto de Cardiología tengo una cardiopatía isquémica de alto riesgo para la vida y preciso hacerme una coronografía, pero para ello se exige que firme un documento que exime a los médicos de cualquier responsabilidad en caso de muerte durante esta prueba, cosa que no es factible en un lugar donde le odian tanto a uno; lo que no quiere decir que piense que me vayan a matar, sino que como les dije cuando me hablaron de ello: un riesgo de ese tipo debe tener lugar al lado de los hijos de uno y de ahí la razón para ir a Norteamérica.

 

He pagado un precio demasiado alto por no dejarme humillar, no soy arrogante, pero tampoco sumiso y me atengo solo a mi deber en el marco de lo ético y del debido decoro; lo que esté bien para este pueblo y  país, lo está también para mí: eso es lo que significa para mí el portarse bien. Los gobernantes de este país, que más allá de eso se comportan cual si fueran los dueños del mismo y de su gente, y como tal en 1992 me quisieron botar de aquí; los que tampoco me dejaban viajar por entonces si no era para emigrar; los que agredieron a mis hijos y los obligaron a marcharse del país; los que me han encarcelado inicuamente en dos ocasiones que suman más de 14 años, en los que se me ha ido la vida pues por demás en sus cárceles me enfermé; son los mismos que envían a sus encomenderos hoy para amenazarme con que si no hago lo que a ellos les conviene, no me dejarán viajar: esta es la cruz del secuestrado, el esclavo y el preso; la fuerza manda y si tampoco quieren que sea asistido clínicamente, que le vamos a hacer. Pero con lo que dependa de mi voluntad no podrán contar jamás y por tanto, eso de plegarme a sus mezquinos intereses para que me permitan ejercer un derecho, no va conmigo; hoy como hace diecisiete años, ¡digo no, a toda propuesta indecorosa!

 

 

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