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Carta de Eduardo Pérez Flores, detenido en protesta de la Universidad de La Habana
30/08/2010 | Eduardo Pérez Flores


"Cuéntale al mundo que en Cuba están soltando presos políticos por un lado y por el otro ya nos están poniendo preso."

Esta carta su autor el opositor Eduardo Pérez Flores le dijo a su madre que se la diera a conocer a todos sus hermanos de lucha pacífica. Se la entregó el lunes 30 de agosto en la Prisión Valle Grande durante una visita y está dirigida a Robin un hermano de la localidad donde reside Eduardo.

 

 

 

27 de agosto de 2010

 

Robin:

 

Hermano, antes que todo deseo que tú y tu familia estén bien. Yo estoy en Valle Grande y estoy desinformado por completo. No sé cómo está la calle. Estuve 12 días en el Técnico de Acosta y hoy, ya aquí escribo para que sepas por qué estoy y me saques la denuncia si puedes. Y claro, saludos al hermano Sergio Pastor y demás opositores del lugar.

 

Yo aquí firme en mis ideas. No me doblego a nadie. Aquí voy con las denuncias.

 

Primero el día 16 de agosto a las nueve de la mañana yo, Eduardo Pérez Flores, delegado en Ciudad La Habana del Presidio Político Pedro Luis Boitel, en compañía de Sara Martha [Fonseca Quevedo], Luis Enrique Labrador Díaz, Michel Irois Rodríguez Ruiz y Yordanis Martínez Carvajal, nos dirigimos hacia la Universidad de La Habana y así llegando al Alma Mater sacamos un cartel, una sabana que decía: “Presidio Político Pedro Luis Boitel” y muy grande “Abajo la dictadura” y otro mas pequeño que decía “Vivan los derechos humanos”, “Abajo el hambre”, “Abajo la miseria”, “No a la impunidad”, “Abajo los Castro” y “Las calles son del pueblo”.

 

Acto seguido, la valiosa hermana Sara Martha leyó un comunicado y al terminar rompimos con consignas como “Abajo Fidel y Raúl” y “Vivan los derechos humanos”.  Así hasta llegar a la calle donde ya estábamos rodeados. Nos agredieron y nos quitaron los carteles y nosotros, como somos pacíficos y además había una mujer, nos fuimos. Ellos, como había presencia de turistas y personas del lugar, nos dejaron ir.

 

Cojimos una guagua P-16 donde se montó un personaje que venía siguiéndonos. Nos provocó al decirnos “gusanos”, “vendepatrias” y palabras obscenas. Nosotros le contestamos con consignas: “Abajo Fidel”, “Abajo Raul”, “Abajo el hambre”, “Las calles son del pueblo”, etc. En la guagua nadie dijo nada en contra de nosotros, al contrario  hacían gestos de aprobación. Solo el agente, el cual paro la guagua frente a una estación de la policía y nos detuvieron.

 

De allí nos trasladaron a PNR de 21 y  C donde nos pronunciamos con nuestras consignas y nos sacaron directo al Técnico de Acosta donde volvimos a pronunciarnos. Y me separaron de todos y a los tres días me informan que habían soltado a todos menos a mí. Me alegré. No le temo a la prisión y por tanto me mantuve firme.

 

El día 12 siento un recluso gritando que lo golpeaban esposado y me puse a gritar consignas y a golpear las puertas y conmigo todos los calabazos gritaban. Me sacó el teniente coronel jefe y me dijo que no habían sido ellos, que él no permitía eso allí, que había sido la gente de la Seguridad del Estado.  Resulta que al que habían golpeado era Luis Enrique Labrador, provocándole una herida de siete puntos en la boca y me puse peor. Grité más y entonces él dijo que no me quería más allí y me trasladaron al Valle por un delito de desorden público y ya aquí me volví a pronunciar contra la dictadura. Pero esa es otra historia que más adelante te contare.

 

Perdóname hermano mi mala letra y si es muy largo el tema, abrévialo como lo desees, pero cuéntale al mundo que en Cuba están soltando presos políticos por un lado y por el otro ya nos están poniendo preso. Junto contigo y con Pastor los quiero y los valoro como unos de los hermanos más valerosos de los que hay.

 

Cuídense.

 

Eduardo

 

 

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